València, 26/12/2023

Protesta contra el ejército en Expojove en la entrada de Feria Valencia.

Esta mañana un grupo de veinte personas del Movimiento de Objeción de Conciencia y de la Asamblea Popular Valencia Contra las Guerras, se han concentrado en la puerta principal de Feria Valencia. Hoy se inauguraba Expojove. El motivo de la protesta era denunciar la presencia del ejército en un espacio destinado a la juventud y a la infancia.

Con los lemas “¡Desmilitarizemos la educación!”, “La guerra no es un juego” y “Las armas no educan”, han mostrado, de manera visual y acústica, su oposición a que se muestren, en un espacio público, armas, vehículos y uniformes militares, como si se tratara de una más de las opciones de diversión, para la infancia: o laboral, para la juventud. También han repartido centenares de folletos entre las personas que hacían cola esperando la entrada al recinto ferial.

La utilización de Expojove como escaparate y promoción del ejército, la guardia civil y la policía, siempre ha sido respondida con la protesta de los grupos antimilitaristas de la ciudad de València. Este año el gobierno municipal de PP y VOX ha ampliado el espacio destinado a los expositores de estos cuerpos armados, en un intento de promocionar más aun los valores castrenses en los y las jóvenes y de justificar la violencia del estado.

Las campañas de reclutamiento del ejército, desde el fin de la conscripción en 2001 (gracias al éxito de la insumisión y la objeción de conciencia), buscan encontrar mano de obra militar entre la población más joven, sobre todo entre aquella más vulnerable: con baja formación y con pocas posibilidades de encontrar trabajo, en un mercado laboral precario y crecientemente competitivo. El ejército español gasta entre 15 y 20 millones de euros anuales en publicidad para el reclutamiento. Pero las cuentas no le salen.

No obstante las personas jóvenes no deberían olvidar que las posibilidades de encontrar trabajo en el mundo civil, después de finalizar su etapa militar, son más bien escasas  y que su estancia en el ejército tampoco les proporciona una formación laboral equiparable a la de los estudios reglados.

Además el “trabajo” militar no es como cualquier otro trabajo civil. La instrucción preparatoria para manejar armas, aprender a matar y hacer la guerra está sujeta a la adquisición de la condición de militar y al cumplimiento del Código Penal Militar vigente. La desobediencia, no cumplir órdenes de los superiores o no seguir las ordenanzas militares, no implican solamente la posible pérdida del “trabajo”, sino que es un delito que está penado con años de prisión.

 

 

Porque las armas no educan y el ejército no es divertido: ¡Fuera el ejército de Expojove!